Declaración del Ministerio de Asuntos Exteriores de la República de Azerbaiyán en relación de la conmemoración del 27 aniversario de la ocupación de la ciudad de Shushá
El 8 de mayo de 1992, Shushá, la histórica ciudad de Azerbaiyán, fue ocupada por las fuerzas armadas de la República de Armenia. Como resultado de la ocupación, Shushá con 30 aldeas de la Región fueron destruidas, 195 personas civiles fueron asesinadas; 165 - resultaron heridas, 58 – desaparecidas; más de 24 mil personas fueron sometidas a la limpieza étnica.
La ocupación de la ciudad de Shushá forma parte de la política de ocupación y agresión de Armenia contra la República de Azerbaiyán. Como resultado de esta política de agresión, la Región de Nagorno Karabaj y los siete distritos adyacentes de Azerbaiyán fueron ocupados con el uso de fuerza militar, más de un millón de azerbaiyanos fueron sometidos a una sangrienta limpieza étnica. Durante la guerra, Armenia cometió graves crímenes de guerra y de lesa humanidad.
La ciudad de Shushá, ocupada por los agresores, forma parte integrante del territorio internacionalmente reconocido de la República de Azerbaiyán y tiene un valor histórico- cultural, moral y simbólico excepcional para el pueblo azerbaiyano. Tras la ocupación de la ciudad de Shushá, conocida como "Cuna de la música azerbaiyana" y "Conservatorio del Este", el patrimonio cultural y espiritual del pueblo azerbaiyano fue gravemente afectado.
Como resultado de la política de destrucción, en los territorios ocupados de Azerbaiyán los agresores armenios saquearon el patrimonio religioso-cultural y distorsionaron las particularidades distintivas de la imagen arquitectónica propia para la arquitectura azerbaiyana. Fueron destruidos más de 170 viviendas y 160 monumentos histórico-culturales, que representan el complejo arquitectónico de Shushá: en los templos y mezquitas fueron perpetrados los actos de vandalismo, dañados manuscritos antiguos. Entre los monumentos destruidos se encuentran el Palacio y la Biblioteca de Panah Khan, el Palacio de Khan, Caravansar, las Mezquitas de Ashagi Govharaga y Saatli, el Mausoleo de Vagif, la Casa-museo de Natavan y muchos otros monumentos.
Violando flagrantemente las normas y principios del Derecho Internacional Humanitario, la parte armenia, tras ocupar la ciudad de Shushá, perpetró la limpieza étnica, destruyó su patrimonio histórico-cultural y estaba cambiando gradualmente la imagen cultural de la ciudad. Alrededor de 4 mil personas fueron ilegalmente reasentados en Shushá. La Mezquita del Alto Govheraga (Jumá), construida por el encargo de la hija del gobernante de Karabaj, Ibrahim Khan, tras la "restauración" armenia, es presentada como una mezquita persa. Los hechos mencionados demuestran claramente las intenciones de los ocupantes de disimular los orígenes azerbaiyanos de Shushá.
Sin embargo, todos estos intentos son vanos. La parte armenia debe entender que la ocupación de los territorios es solo temporal, la Región de Nagorno Karabaj siempre ha sido y será la parte integrante de Azerbaiyán.
La visita de los líderes políticos armenios a la ciudad de Shushá, sometida a la ocupación armenia, para celebrar el así denominado el "Día de la Victoria" es otra provocación de la parte armenia que demuestra una vez más su participación directa en la ocupación de los territorios azerbaiyanos. Este paso de los dirigentes armenios demuestra una vez más que Armenia tiene un control efectivo sobre los territorios ocupados de nuestro país, tal y como se indica en la sentencia sobre el caso "Chiragov y otros contra Armenia" del Tribunal Europeo de Derechos Humanos del 16 de junio de 2015.
La postura de la comunidad internacional sobre esta cuestión es firme: en base a las Resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y la postura de todas las organizaciones internacionales y países del mundo, Nagorno Karabaj es reconocido parte integrante de Azerbaiyán; se exige la retirada inmediata, completa e incondicional de las fuerzas de ocupación de todos los territorios ocupados de Azerbaiyán.
Azerbaiyán es la parte más interesada en la solución más rápida del conflicto por medio de negociaciones y en la garantía de una paz duradera en la región. Si las negociaciones no concluyen con la liberación de los territorios ocupados de Azerbaiyán, tal como se establece en la Carta de la ONU, Azerbaiyán reserva el derecho de restaurar su soberanía y la integridad territorial dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas.